
Flores y cuadros, coordinados son la trasera de éste cojín.

Otra instantánea, se sujeta con un imperdible adornado con tiras de las telas usadas.

Más cerquita, para que se aprecie el festón y los puntos de nudo que van a su aire.

Y con estas dos instantáneas más, acabamos.

Hace mucho calor, la playa me queda lejos, la piscina cerca (pero paso), así que después de mi jornada laboral y las tareas propias de mi casa, el resto del tiempo lo dedico a lo que me tiene enganchada, patch y punto de cruz.
Lleva muchas horas, es fácil pero laborioso, no se hace en un ratín, se hace en muchos ratos... eso si, me gusta como ha quedado.
Hasta luego.