Unos minutos antes de que entrase oficialmente el verano lo he terminado. El top está hecho a máquina, no soy yo muy buena con la máquina, las esquinas no son lo perfectas que deberían pero para ir acostumbrándome hay que practicar. El acolchado está hecho a mano, con hilo rojo. El bies aprovechando hasta el último resquicio de telas, tiene más empalmes que un hilo de cobre. Me falta la etiqueta se la pondré cuando regrese, ahora estoy en la casita del pueblo.
No se hacer bolillos, tengo ese mundillo (a falta de restauración) en "la covacha", la covacha es una cuadra convertida en un mini museo, que ha ido haciendo mi marido, recogiendo enseres de labranza y otros varios.