Kal Afterglow...

Planteado para ser un chal y resuelto como una bufanda liviana, con errores en el menguado central que espero poder solventar en otro chal venidero, deshacer ya no estaba en mi pensamiento, así que el menguado dejó de menguar sólo de un lado y cerré despues de varias pasadas en recto.

Para aprender... perder.

Mi experiencia con la calceta es reciente, mis primeros pasos vinieron de la mano de Diana que nos motiva como nadie, nos enseña con maestría, generosa y desinteresadamente, por si existe duda al respecto, no gana nada económicamente, pierde su tiempo, tiempo valioso, porque además de otras cosas, es de lo que carecemos.

Mi agradecimiento a Digna, que nos propuso el Kal, y que nos ha hecho de directora, ayudándonos con la traducción y guiándonos estupendamente. Me apunté al Kal, como una loca sin pensar, si mis conocimientos fuesen otros posiblemente no me habría apuntado, porque nunca he deshecho tanto. Si, si... ya sé que hacer y deshacer... todo es hacer, lo malo es que en lugar de una bufanda habría tenido dos chales y medio con lo que he deshecho y hecho. Y mi agradecimiento a todas las compañeras del Kal, Amalia, Ara, Carmen, Diana, Malores, María, Nanny, Carmen, Charo, Cristina, Elena, Gema, María del Mar, María, Olivia, Pili; con las cuales nos hemos ido motivando y no viniendo abajo porque costar ha costado lo suyo.

Está hecho con agujas circulares del 3,5 y lana Schachenmayr SUAVEL, gris clarita, de calidad de bebé, que se trabaja estupendamente y se bloquea muy bien. Para darle un poco más de cuerpo en la parte de arriba le añadí una hebra muy finita en blanco  y las tejí juntas, por eso veréis dos tonos.

Y sin más preámbulos os muestro mi "nochal", "sibufanda", que puede pasar por un Baktus o algo caladito,  para ponerse al cuello.

Posando, mi bibliotecaria y documentalista favorita, mi hija Elena.

Ufff.... me pilla el toro de las fiestas navideñas....

Nos vemos.

Mavi.